inteligencia artificial
Acciones ya cotidianas como consultar la mejor ruta para ir a algún sitio o traducir un texto requieren grandes cantidades de recursos energéticos, hidráulicos y minerales. Esas aplicaciones funcionan en la nube, un eufemismo para designar millones de potentes ordenadores organizados en extensos centros de datos. Para que las aplicaciones del móvil funcionen hacen falta legiones de computadoras que almacenen billones de datos y hagan operaciones en fracciones de segundo (por ejemplo, el cálculo de distancias teniendo en cuenta el tráfico). Se estima que el consumo energético de los centros de datos supone entre el 1% y el 2% del total mundial. Pero todo apunta a que estas cifras se van a dis...